Crónica

 Crónica: Un día de sol y risas en familia

Aunque el calendario no lo recuerde, en mi memoria ese día está marcado con sol. Fue una de esas jornadas en que mi familia y yo decidimos dejar las rutinas de lado y sumergirnos, literalmente, en un momento de alegría: fuimos a la piscina.

Desde que llegamos, todo se sintió diferente. El calor abrazaba suave, como si también quisiera ser parte del paseo. Las risas comenzaron incluso antes de mojarnos los pies. Los más pequeños corrían alrededor del borde con una energía que parecía inagotable, mientras los adultos buscaban sombra… pero igual terminaban en el agua.

Jugamos, nos salpicamos, competimos en carreras que nadie ganó realmente, y comimos juntos como si fuera un festín. No hubo teléfonos, ni prisas, ni problemas. Solo ese instante: el sonido del agua, las voces familiares, la sensación de estar juntos sin hacer nada complicado, solo disfrutar.

No recuerdo qué día exacto fue. No importa. Lo que sí recuerdo y eso no se borra es cómo me sentí: feliz. Fue uno de esos días simples, pero perfectos. De esos que no necesitan fecha porque viven en el corazon